44. El rey mandó emisarios a Jerusalén y a las ciudades de Judá con órdenes escritas para que aceptaran las costumbres extrañas a su país;





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina