28. Pero, después de invocar el auxilio de Dios omnipotente, cuya fuerza aplasta los poderes enemigos, se apoderaron de la ciudad y mataron a veinticinco mil de los que había dentro de ella.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina