5. A los diez años murieron también Majlón y Kilión, y Noemí se quedó sin hijos y sin marido.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina