6. Después el Señor siguió diciéndole: "Mete tu mano en el pecho". Él puso su mano en el pecho; y al sacarla, estaba cubierta de lepra, blanca como la nieve.





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina