II Samuel, 13
36. Apenas terminó de hablar, entraron los hijos del rey y se pusieron a llorar a gritos. También el rey y todos sus servidores derramaron abundantes lágrimas.
36. Apenas terminó de hablar, entraron los hijos del rey y se pusieron a llorar a gritos. También el rey y todos sus servidores derramaron abundantes lágrimas.
“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina