14. Tú, lo mismo que tus hijos y tus hijas, comerán en un lugar puro el pecho presentado al Señor y la pata reservada, porque ese es tu derecho y el de tus hijos, sobre los sacrificios de comunión ofrecidos por los israelitas.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina