15. Si una persona defrauda al Señor, pecando inadvertidamente contra sus derechos sagrados, le presentará como ofrenda de reparación un carnero del rebaño, que no tenga defecto, o su equivalente en siclos de plata, según la tasa del Santuario.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina