3. En la misma ciudad había también una viuda que acudía a él para decirle: Hazme justicia contra mi adversario.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina