Found 136 Results for: veinte

  • La comerán no sólo uno o dos, o siquiera cinco, diez o veinte días, (Números 11, 19)

  • Diles: Tan cierto como que Yavé es vivo que les voy a tomar la palabra, y así como ustedes acaban de decirlo a mis oídos, sus cadáveres caerán en este desierto. Ustedes se lo han ido toda la vida murmurando contra mí: pues bien, todos los que fueron censados de los veinte años para arriba, (Números 14, 28)

  • El rescate se hará a partir de un mes de edad, lo estimarás en cinco siclos de plata calculados según el siclo del Santuario, es decir veinte gueras. (Números 18, 16)

  • «Registren a toda la comunidad de los hijos de Israel por casas paternas, y hagan el recuento de todos los de más de veinte años, útiles para la guerra.» (Números 26, 2)

  • y les dieron esta precisión: "a los que tenían más de veinte años". Los hijos de Israel salidos de Egipto eran: (Números 26, 4)

  • "Los hombres que salieron de Egipto, los de veinte años para arriba, no verán la tierra que prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no han sido fieles. (Números 32, 11)

  • «Tengo ya ciento veinte años. Ya se me van las fuerzas y Yavé me advirtió que no pasaría el río Jordán. (Deuteronomio 31, 2)

  • Tenía Moisés ciento veinte años cuando murió. No había perdido su vigor y sus ojos veían aún claramente. (Deuteronomio 34, 7)

  • Entonces los israelitas clamaron a Yavé, pues Yabín tenía novecientos carros de guerra y, desde hacía veinte años, mantenía oprimidos a los israelitas. (Jueces 4, 3)

  • Zebaj y Salmuná estaban en Carcor con su ejército, unos quince mil hombres, todos los que habían quedado de los hijos de Oriente. ¡Los que habían muerto eran ciento veinte mil guerreros! (Jueces 8, 10)

  • Los persiguió desde la ciudad de Aroer hasta la entrada de Menit y Abel Queramim, tomando veinte pueblos: con esto les asestó un gran golpe. (Jueces 11, 33)

  • Sansón hizo de líder en Israel en la época de los filisteos por espacio de veinte años. (Jueces 15, 20)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina