Found 123 Results for: Samaría

  • porque ciertamente se cumplirá la palabra que él proclamó, por orden del Señor, contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que están en las ciudades de Samaría". (I Reyes 13, 32)

  • y luego le compró a Sémer el monte de Samaría, por dos talentos de plata. Levantó edificaciones en la montaña, y dio a la ciudad que había edificado el nombre de Samaría, por el nombre de Sémer, el dueño del monte. (I Reyes 16, 24)

  • Omrí se fue a descansar con sus padres y fue sepultado en Samaría. Su hijo Ajab reinó en lugar de él. (I Reyes 16, 28)

  • Ajab, hijo de Omrí, comenzó a reinar sobre Israel el trigésimo octavo año de Asá, rey de Judá, y reinó sobre Israel, en Samaría, durante veintidós años. (I Reyes 16, 29)

  • Erigió además un altar a Baal en el templo que le había construido en Samaría. (I Reyes 16, 32)

  • Entonces Elías partió para presentarse ante Ajab. Como apretaba el hambre en Samaría, (I Reyes 18, 2)

  • Ben Hadad, rey de Arám, reunió todo su ejército, y acompañado de treinta y dos reyes, con caballería y carros de guerra, subió a combatir contra Samaría y la sitió. (I Reyes 20, 1)

  • Ben Hadad le mandó a decir: "Que los dioses me castiguen, si queda bastante polvo en Samaría para que cada uno de mis hombres recoja un puñado". (I Reyes 20, 10)

  • Los cadetes de los jefes de distritos salieron en primer lugar. Entonces le avisaron a Ben Hadad: "Unos hombres han salido de Samaría". (I Reyes 20, 17)

  • Ben Hadad le dijo: "Restituiré las ciudades que mi padre le quitó al tuyo, y tú podrás instalar bazares en Damasco, como mi padre los había instalado en Samaría". "Yo, por mi parte, replicó Ajab, mediante un pacto, te dejaré partir". Ajab concluyó un pacto en favor de él, y lo dejó partir. (I Reyes 20, 34)

  • El rey de Israel se fue a su casa malhumorado y muy irritado, y entró en Samaría. (I Reyes 20, 43)

  • Después de esto, sucedió lo siguiente: Nabot, el izreelita, tenía una viña en Izreel, al lado del palacio de Ajab, rey de Samaría. (I Reyes 21, 1)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina