Found 21 Results for: Zéraj

  • Los hijos de Reuel fueron: Nájat, Zéraj, Samá y Mizá. Estos son los descendientes de Basmat, la mujer de Esaú. (Génesis 36, 13)

  • Los hijos de Reuel, hijo de Esaú, fueron los clanes de Nájat, Zéraj, Samá y Mizá. Estos son los clanes de Reuel en el país de Edóm, los que descienden de Basmat. (Génesis 36, 17)

  • Cuando murió Belá, lo sucedió Iobab, hijo de Zéraj, de Bosrá. (Génesis 36, 33)

  • Después salió su hermano, con el hilo escarlata, y por eso lo llamaron Zéraj. (Génesis 38, 30)

  • Los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Peres y Zéraj. Er y Onán ya habían muerto en Canaán, y los hijos de Peres fueron Jesrón y Jamul. (Génesis 46, 12)

  • de Zéraj, el clan de los zerajitas; de Saúl, el clan de los saulitas. (Números 26, 13)

  • Pero los israelitas cometieron una infidelidad con las cosas que debían ser consagradas al exterminio. En efecto, Acán -hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá- se reservó algunas de esas cosas, y la ira del Señor se encendió contra los israelitas. (Josué 7, 1)

  • Luego mandó que se acercaran los clanes de Judá, y la suerte cayó sobre el clan de Zéraj. En seguida ordenó que se acercaran las familias del clan de Zéraj, y la suerte cayó sobre Zabdí. (Josué 7, 17)

  • Y Cuando hizo acercar a la familia de Zabdí, hombre por hombre, la suerte cayó sobre Acán, hijo de Carmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá. (Josué 7, 18)

  • Entonces Josué tomó a Acán, hijo de Zéraj, con la plata, el manto y el lingote de oro, a sus hijos y sus hijas, sus vacas, sus ovejas y sus asnos, su carpa y todo lo que poseía, y los condujo hasta el valle de Acor, acompañado de todo Israel. (Josué 7, 24)

  • Cuando Acán, hijo de Zéraj, cometió una infidelidad respecto del anatema, ¿Acaso la ira del Señor no alcanzó a toda la comunidad de Israel? No fue él solo el que murió por su delito". (Josué 22, 20)

  • Los hijos de Reuel fueron Nájat, Zéraj, Samá y Mizá. (I Crónicas 1, 37)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina