Found 475 Results for: ciudades

  • No olvides al levita que vive en tus ciudades, ya que él no tiene posesión ni herencia contigo. (Deuteronomio 14, 27)

  • Entonces vendrá a comer el levita, ya que él no tiene posesión ni herencia contigo; y lo mismo harán el extranjero, el huérfano y la viuda que están en tus ciudades, hasta quedar saciados. Así el Señor te bendecirá en todas tus empresas. (Deuteronomio 14, 29)

  • Si hay algún pobre entre tus hermanos, en alguna de las ciudades del país que el Señor, tu Dios, te da, no endurezcas tu corazón ni le cierres tu mano. (Deuteronomio 15, 7)

  • No inmoles la víctima pascual en cualquiera de las ciudades que el Señor, tu Dios, te dará. (Deuteronomio 16, 5)

  • En cada una de las ciudades que el Señor, tu Dios, te dé para tus tribus, pondrás jueces y escribas que dicten sentencias justas en favor del pueblo. (Deuteronomio 16, 18)

  • Si en medio de ustedes, en una de las ciudades que el Señor, tu Dios, te dará, hay un hombre o una mujer que hace lo que es malo a los ojos del Señor, tu Dios, y quebranta su alianza, (Deuteronomio 17, 2)

  • Si un levita que reside en cualquier parte del Israel, se traslada por voluntad propia de una de tus ciudades al lugar que elija el Señor, su Dios, (Deuteronomio 18, 6)

  • Cuando el Señor, tu Dios, haya extirpado a las naciones cuyo territorio te entrega, y cuando tú las hayas desposeído y vivas en sus ciudades y en sus casas, (Deuteronomio 19, 1)

  • deberás poner aparte tres ciudades en medio del territorio que el Señor, tu Dios, te dará en posesión. (Deuteronomio 19, 2)

  • Pero sólo en el caso siguiente: el homicida podrá salvarse huyendo a una de esas ciudades si mató a su prójimo involuntariamente, sin haberlo odiado antes. (Deuteronomio 19, 4)

  • Por ejemplo, si un hombre va a cortar leña al bosque en compañía de otro, y al empuñar el hacha para cortar un árbol, el hierro se suelta del mango y golpea a su acompañante, provocándole la muerte, el homicida irá a refugiarse en una de esas ciudades y así pondrá a salvo su vida. (Deuteronomio 19, 5)

  • Por eso te ordeno que pongas aparte esas tres ciudades. (Deuteronomio 19, 7)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina