Found 31 Results for: responderá

  • Y más adelante, cuando tú mismo vengas a verificar mis ganancias, mi honradez responderá por mí: si llego a tener en mi poder alguna cabra que no sea manchada o moteada, o alguna oveja que no sea negra, eso será un robo que yo he cometido". (Génesis 30, 33)

  • Que estas aguas portadoras de maldición penetren en tus entrañas, para que se hinche tu vientre y te vuelvas estéril". Y la mujer responderá: "Amén, amén". (Números 5, 22)

  • Maldito sea el hombre que hace un ídolo tallado o de metal fundido -abominación para el Señor, obra de un artesano- y lo guarda en un lugar oculto. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 15)

  • Maldito sea el que menosprecia a su padre o a su madre. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 16)

  • Maldito sea el que desplaza los límites de la propiedad de su vecino. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 17)

  • Maldito sea el que aparta a un ciego del camino. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 18)

  • Maldito sea el que conculca el derecho del extranjero, del huérfano o de la viuda. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 19)

  • Maldito sea el que se acuesta con la mujer de su padre, porque de esa manera descubre el borde de la manta de su padre. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 20)

  • Maldito sea el que se acuesta con un animal. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 21)

  • Maldito sea el que se acuesta con su hermana, la hija de su padre o de su madre. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 22)

  • Maldito sea el que se acuesta con su suegra. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 23)

  • Maldito sea el que mata ocultamente a su prójimo. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 24)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina