Found 35 Results for: Ananías

  • Hijos de Pedayas: Zorobabel y Simeí. Hijos de Zorobabel: Mesulán, Ananías y Selomit, su hermana. (I Crónicas 3, 19)

  • Hijos de Ananías: Pelatías e Isaías, los hijos de Refayas, padre de Arnán, padre de Abdías, padre de Secanías. (I Crónicas 3, 21)

  • A continuación Benjamín y Jasub, el trecho frente a su casa; a continuación Azarías, hijo de Maasías, hijo de Ananías, el tramo junto a su casa. (Nehemías 3, 23)

  • Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tribuna de madera levantada al efecto; y junto a él estaban, a su derecha, Matitías, Semá, Ananías, Urías, Jelcías y Maasías; y a su izquierda, Pedayas, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán. (Nehemías 8, 4)

  • Anatot, Nob, Ananías, (Nehemías 11, 32)

  • "Yo -respondió- soy Azarías, hijo de Ananías, uno de tus hermanos". (Tobías 5, 13)

  • Tobit exclamó: "¡Dios te conserve sano y salvo, hermano! No te molestes si he querido conocer la verdad acerca de tu familia. Eres de nuestros hermanos, de buena y noble alcurnia. Conozco a Ananías y a Natán, los dos hijos del gran Semayas. Íbamos juntos a Jerusalén, juntos rezábamos allí, y nunca se han descarriado. Tus hermanos son buenos, tu familia es noble. ¡Bienvenido seas!". Y (Tobías 5, 14)

  • Todo esto lo supo Judit, hija de Merarí, hijo de Ox, de José, de Oziel, de Jelcías, de Ananías, de Gedeón, de Rafaín, de Ajitob, de Elías, de Jilquías, de Eliab, de Natanael, de Salamiel, de Sarasaday, de Israel. (Judit 8, 1)

  • Ananías, Azarías y Misael, por haber tenido fe, fueron salvados del fuego. (I Macabeos 2, 59)

  • Aquel mismo año, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, el quinto mes del año cuarto, el profeta Ananías, hijo de Azur, natural de Gabaón, me dijo en el templo del Señor delante de los sacerdotes y de todo el pueblo: (Jeremías 28, 1)

  • Entonces el profeta Jeremías respondió al profeta Ananías delante de los sacerdotes y de todo el pueblo presente en el templo del Señor. (Jeremías 28, 5)

  • Entonces el profeta Ananías tomó el yugo del cuello de Jeremías, lo rompió (Jeremías 28, 10)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina