Found 63 Results for: Brazos

  • Un río salía de Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. (Génesis 2, 10)

  • Saray dijo a Abrán: "Tú eres el responsable de la afrenta que me hace. Yo puse a mi esclava entre tus brazos, y ella, al verse embarazada, me mira con desprecio. ¡Que el Señor juzgue entre nosotros!". (Génesis 16, 5)

  • Cuando los camellos acabaron de beber, el criado tomó un anillo de oro de seis gramos de peso y se lo puso a ella en las narices; y luego, en sus brazos, dos brazaletes también de oro, de ciento veinte gramos de peso. Y le dijo: (Génesis 24, 22)

  • Entonces le pregunté: ¿De quién eres hija? Y ella me respondió: Soy hija de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor. Entonces le puse el anillo en la nariz y los brazaletes en los brazos. (Génesis 24, 47)

  • pero su arco permanece firme y ágiles sus brazos gracias a las manos del Fuerte de Jacob, gracias al nombre del Pastor, la Roca de Israel. (Génesis 49, 24)

  • Cuando Moisés tenía sus brazos alzados vencía Israel, y cuando los bajaba vencía Amalec. (Exodo 17, 11)

  • Como se le cansaban los brazos a Moisés, tomaron una piedra y se la pusieron debajo. Él se sentó encima, y Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. De este modo los brazos de Moisés se sostuvieron en alto hasta la puesta del sol. (Exodo 17, 12)

  • Seis brazos saldrán de sus lados, tres de uno y tres de otro. (Exodo 25, 32)

  • Cada brazo tendrá tres copas en forma de flor de almendro con su cáliz y pétalos; los seis brazos, que arrancan del fuste del candelabro, serán iguales. (Exodo 25, 33)

  • Cada una de las tres parejas de brazos tendrá un cáliz en su parte inferior; los seis exactamente igual. (Exodo 25, 35)

  • Este conjunto de cálices y brazos formará una sola pieza con el candelabro. Todo será de oro puro trabajado a cincel. (Exodo 25, 36)

  • Seis brazos salían de sus lados, tres de uno y tres de otro. (Exodo 37, 18)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina