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  • No confíes en tus riquezas; no digas: "Me basto a mí mismo". (Eclesiástico 5, 1)

  • No confíes en riquezas mal adquiridas, porque de nada te aprovecharán en el día de la ira. (Eclesiástico 5, 8)

  • Cuando dice: "Hallé descanso, ahora comeré de mis bienes", no sabe cuánto va a durar esto, pues tiene que dejar a otros sus riquezas y morir. (Eclesiástico 11, 19)

  • El rico se afana en acumular riquezas, y si descansa es para entregarse al placer. (Eclesiástico 31, 3)

  • Ni a tu hijo, ni a tu mujer, ni a tu hermano, ni a tu amigo des poder sobre ti en tu vida; ni des a otros tus riquezas, no sea que arrepentido tengas que mendigar de ellos. (Eclesiástico 33, 20)

  • No olvides a tu amigo fiel en tu corazón, ni pierdas su memoria en medio de tus riquezas. (Eclesiástico 37, 6)

  • Las riquezas de los malvados se secarán como un torrente, como un gran trueno se pierde entre el ruido de la lluvia. (Eclesiástico 40, 13)

  • Riquezas y fuerza levantan el corazón; pero más que ambos, el temor del Señor; porque con el temor del Señor nada falta, y con él no hay por qué buscar auxilio. (Eclesiástico 40, 26)

  • ¿Qué vais a hacer el día de la invasión y de la catástrofe que se acerca de lejos? ¿A quién acudiréis para lograr socorro? ¿Dónde dejaréis vuestras riquezas? (Isaías 10, 3)

  • Mi mano ha cogido, como un nido, las riquezas de los pueblos; como se toman huevos abandonados, he atrapado toda la tierra sin que moviera nadie las alas, abriera el pico y piara. (Isaías 10, 14)

  • Oráculo sobre las bestias del Negueb: A través de una tierra de tribulación y de angustia, guarida del león y la leona, de la víbora y de la serpiente voladora, llevan a lomos de asnos sus riquezas; en la giba de sus camellos sus tesoros, a un pueblo que de nada les servirá. (Isaías 30, 6)

  • Tu permanencia es sólida. Riquezas salvadoras son sabiduría y ciencia; el temor del Señor será tu tesoro. (Isaías 33, 6)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina