7. A pesar de esto, no cedía en lo más mínimo su arrogancia; por el contrario, siempre lleno de soberbia, y exhalando contra los judíos el fuego de su furor, mandaba acelerar la marcha. Pero mientras avanzaba velozmente, se cayó del carro y todos los miembros de su cuerpo quedaron lesionados por la violencia de la caída.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina