1. Ella protegió al primer modelado, padre del mundo, que había sido creado solo; ella le sacó de su caída

2. y le dio el poder de dominar sobre todas las cosas.

3. Pero cuando un injusto, en su cólera, se apartó de ella, pereció por su furor fraticida.

4. Cuando por su causa la tierra se vio sumergida, de nuevo la Sabiduría la salvó conduciendo al justo en un vulgar leño.

5. En la confusión que siguió a la común perversión de las naciones, ella conoció al justo, le conservó irreprochable ante Dios y le mantuvo firme contra el entrañable amor a su hijo.

6. Ella, en el exterminio de los impíos, libró al justo cuando escapaba del fuego que bajaba sobre Pentápolis.

7. Como testimonio de aquella maldad queda todavía una tierra desolada humeando, unas plantas cuyos frutos no alcanzan sazón a su tiempo, y, como monumento de un alma incrédula, se alza una columna de sal.

8. Pues, por haberse apartado del camino de la Sabiduría, no sólo sufrieron la desgracia de no conocer el bien, sino que dejaron además a los vivientes un recuerdo de su insensatez, para que ni sus faltas pudieran quedar ocultas.

9. En cambio, a sus servidores la Sabiduría los libró de sus fatigas.

10. Ella al justo que huía de la cólera de su hermano le guió por caminos rectos; le mostró el reino de Dios y le dio el conocimiento de cosas santas; le dio éxito en sus duros trabajos y multiplicó el fruto de sus fatigas;

11. le asistió contra la avaricia de sus opresores y le enriqueció;

12. le preservó de sus enemigos y le protegió de los que le tendían asechanzas; y le concedió la palma en un duro combate para enseñarle que la piedad contra todo prevalece.

13. Ella no desamparó al justo vendido, sino que le libró del pecado;

14. bajó con él a la cisterna y no le abandonó en las cadenas, hasta entregarle el cetro real y el poder sobre sus tiranos, hasta mostrar mentirosos a sus difamadores y concederle una gloria eterna.

15. Ella libró de una nación opresora a un pueblo santo y a una raza irreprochable.

16. Entró en el alma de un servidor del Señor e hizo frente a reyes temibles con prodigios y señales;

17. pagó a los santos el salario de sus trabajos; los guió por un camino maravilloso, fue para ellos cobertura durante el día y lumbre de estrellas durante la noche;

18. les abrió paso por el mar Rojo y los condujo a través de las inmensas aguas,

19. mientras a sus enemigos los sumergió y luego los hizo saltar de las profundidades del abismo.

20. De este modo los justos despojaron a los impíos; entonaron cantos, Señor, a tu santo Nombre y unánimes celebraron tu mano protectora,

21. porque la Sabiduría abrió la boca de los mudos e hizo claras las lenguas de los pequeñuelos.





“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina