Fundar 416 Resultados para: Cristo

  • Que la gracia de Cristo Jesús, nuestro Señor, esté con todos ustedes. (2º Carta a los Tesalonicenses 3, 18)

  • Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza, (1º Carta a Timoteo 1, 1)

  • a Timoteo, verdadero hijo mío en la fe. Recibe gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. (1º Carta a Timoteo 1, 2)

  • Doy gracias al que me da la fuerza, a Cristo Jesús, nuestro Señor, por la confianza que tuvo al hacer de mí su encargado. (1º Carta a Timoteo 1, 12)

  • Esto es muy cierto, y todos lo pueden creer, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales soy yo el primero. (1º Carta a Timoteo 1, 15)

  • Por esa razón fui perdonado, para que en mí se manifestara en primer lugar toda la generosidad de Cristo Jesús, y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él y llegar a la vida eterna. (1º Carta a Timoteo 1, 16)

  • Dios es único, y único también es el mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre, (1º Carta a Timoteo 2, 5)

  • Si explicas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado con las enseñanzas de la fe y de la sana doctrina que has seguido. (1º Carta a Timoteo 4, 6)

  • No admitas a las viudas de menos edad, pues cuando ya se han cansado de Cristo quieren casarse (1º Carta a Timoteo 5, 11)

  • Te pido insistentemente ante Dios, Cristo Jesús y los santos ángeles que observes estas reglas con imparcialidad, sin hacer diferencias. (1º Carta a Timoteo 5, 21)

  • Si alguno enseña en otra forma y no se atiene a las palabras auténticas, que son las de Cristo Jesús, nuestro Señor, y a la enseñanza que honra a Dios, (1º Carta a Timoteo 6, 3)

  • Ahora te doy una orden en presencia del Dios que da vida al universo entero, y de Cristo Jesús, que dio su magnífico testimonio ante Poncio Pilato: (1º Carta a Timoteo 6, 13)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina