Fundar 17 Resultados para: Hermón

  • Nos hicimos, pues, dueños de la tierra de los dos reyes amorreos, el país de Trasjordania, desde el torrente de Arnón hasta el monte Hermón (Deuteronomio 3, 8)

  • (los sidonios llaman Siryón al Hermón y los amorreos lo llaman Senir). (Deuteronomio 3, 9)

  • Se extendían desde Aroer, situada en la orilla del torrente Arnón, hasta el monte Sirión, llamado también Hermón, (Deuteronomio 4, 48)

  • a los cananeos del este y del oeste, a los amorreos, heteos, fereceos y jebuseos de las montañas, también a los jeveos que vivían en las faldas del monte Hermón, en la región de Mizpá. (Josué 11, 3)

  • Desde la parte de la cordillera que sube hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, a los pies del monte Hermón, derrotó a todos sus reyes, a quienes venció y dio muerte. (Josué 11, 17)

  • Viene a continuación la lista de los reyes que los israelitas vencieron y cuyo territorio conquistaron al otro lado del Jordán, desde el río Arnón hasta el cerro Hermón con toda la Arabá del este. (Josué 12, 1)

  • Después, el reino de Og, rey de Basán, sobreviviente de los refaím, que habitaba en Astarot y en Edreí. El dominaba desde el cerro Hermón, en Saleca, sobre el territorio de Basán, hasta la frontera con Gesuri y Macati; (Josué 12, 4)

  • Al oriente el territorio de los gueblitas y el del Líbano, desde Baal Gad al pie del monte Hermón hasta entrar en Jamat, (Josué 13, 5)

  • Galaad, Gesuri y Macati, el monte Hermón y todo Basán hasta Saleca. (Josué 13, 11)

  • Quedaron los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jeveos del monte Líbano, desde la montaña de Baal-Hermón hasta la entrada de Jamat. (Jueces 3, 3)

  • Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en el país desde Basán hasta Baal-Hermón, Senir y la montaña de Hermón. (1 Crónicas 5, 23)

  • Mi alma está deprimida, por eso te recuerdo desde el Jordán y el Hermón a ti, humilde colina. (Salmos 42, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina