Fundar 18 Resultados para: Innumerables

  • Todas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y trancas, sin contar los pueblos del campo, que eran innumerables. (Deuteronomio 3, 5)

  • porque subían numerosos como langostas, con sus ganados y sus tiendas. Ellos y sus camellos eran innumerables e invadían el país para saquearlo. (Jueces 6, 5)

  • Madián, Amalec y todos los hijos de Oriente se extendían en el valle, numerosos como langostas, y sus camellos eran innumerables como la arena de la orilla del mar. (Jueces 7, 12)

  • ¿Acaso los etíopes y los libios no formaban un ejército numeroso con carros e innumerables caballerías? Y, sin embargo, porque pusiste tu confianza en Yavé, él los entregó en tu mano. (2 Crónicas 16, 8)

  • A él, que hace cosas grandes e insondables, maravillas innumerables. (Job 5, 9)

  • Hizo llover sobre ellos la carne como polvo, aves innumerables como arena del mar. (Salmos 78, 27)

  • En el año ciento cuarenta y nueve, los hombres de Judas se enteraron de que Antíoco Eupátor venía contra Judea con innumerables tropas, (2 Macabeos 13, 1)

  • Las reinas son sesenta, ochenta las concubinas, y las jóvenes son innumerables, (Cantar 6, 8)

  • Lloraban a sus innumerables muertos, derribados todos por la misma muerte; los vivos no daban abasto para enterrarlos: la flor y nata de esa raza había perecido en un instante. (Sabiduría 18, 12)

  • Del borde de su manto pendían granadas e innumerables campanillas de oro que tintineaban a cada uno de sus pasos; se las oía resonar en el templo y el pueblo permanecía atento a ellas. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 9)

  • Su país está lleno de oro y plata y sus tesoros son innumerables. (Isaías 2, 7)

  • Por boca de tus mensajeros has insultado a Yavé; «Con mis innumerables carros -dijiste, he subido a las más altas montañas, en las faldas del Líbano. He cortado sus altos bosques de cedros y sus cipreses más hermosos, He llegado hasta su más remotos escondites, hasta sus frondosas selvas. (Isaías 37, 24)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina