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Hubo una pelea entre los pastores del rebaño de Abram y los de Lot. (Los cananeos y los perezeos habitaban en el país en aquel tiempo). (Génesis 13, 7)
porque los dos eran muy ricos y no podían vivir juntos, ya que no cabían sus rebaños en la tierra que habitaban. (Génesis 36, 7)
Estos son los hijos de Seir, el jorita, que habitaban en aquella tierra: Lotán, Sebal, Sebeón, Aná, (Génesis 36, 20)
Pero no hubo granizada en la tierra de Gosén donde habitaban los israelitas, . (Exodo 9, 26)
y mientras esté abandonada, descansará por lo que no pudo descansar en sus sábados, cuando ustedes habitaban en ella. (Levítico 26, 35)
(Antiguamente habitaban allí los emíos, pueblo grande, numeroso y de alta estatura, como los enaceos. (Deuteronomio 2, 10)
(Esta tierra también fue considerada como país de gigantes, pues en ella habitaban antiguamente unos refaitas, o gigantes, que los amonitas llaman zommim , (Deuteronomio 2, 20)
Los reyes de los amorreos radicados al occidente del Jordán y todos los reyes de los cananeos que habitaban las tierras vecinas al mar Mediterráneo supieron que Yavé había secado el lecho del Jordán para que los israelitas lo atravesaran. Entonces se desanimaron y perdieron el aliento ante los israelitas. (Josué 5, 1)
y todas las ciudades del valle, los dominios de Sijón, rey de los amorreos, que vivió en Jesebón. Este rey había sido derrotado por Moisés igual que los príncipes de Madián, Heví y Recem, y los jefes Sur, Hur y Rebe, que habitaban esas tierras y pagaban impuestos a Sijón, (Josué 13, 21)
Estas ciudades fueron señaladas para todos los hijos de Israel y para los forasteros que habitaban entre ellos, a fin de que sirvieran de asilo al que sin querer hubiese muerto a un hombre. Ese no sería muerto por el pariente de la víctima antes de haber sido juzgado por la comunidad. (Josué 20, 9)
Luego bajaron de Jerusalén para atacar a los cananeos que habitaban en los cerros, en el Negueb y en la llanura. (Jueces 1, 9)
Los de Judá y sus hermanos de la tribu de Simeón atacaron a los cananeos que habitaban en Sefat y sacrificaron la ciudad en honor de Yavé. Por esto, la ciudad se llamó «Anatema». (Jueces 1, 17)