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El mundo se corrompió a los ojos de Dios y se llenó de violencia. (Génesis 6, 11)
Todo el mundo tenía un mismo idioma y usaba las mismas expresiones. (Génesis 11, 1)
Después dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. Así nos haremos famosos, y no nos dispersaremos por todo el mundo.» (Génesis 11, 4)
Entonces dijo la hija mayor a la menor: «Nuestro padre está viejo y no ha quedado ni un hombre siquiera en esta región que pueda unirse a nosotras como se hace en todo el mundo. (Génesis 19, 31)
Había escasez por todo el pais, pero José abrió los almacenes y vendió trigo a los egipcios. Una gran hambruna asolaba todo el mundo. (Génesis 41, 56)
Ahora, pues, si ustedes me escuchan atentamente y respetan mi alianza, los tendré por mi propio pueblo entre todos los pueblos. Pues el mundo es todo mío, (Exodo 19, 5)
La burra le dijo a Balaam: "¿No soy acaso tu burra en la que montas desde que viniste al mundo hasta el día de hoy? ¿Tengo costumbre de actuar contigo de esta manera?" "Evidentemente que no", respondió él. (Números 22, 30)
Pregunta a los tiempos pasados. Investiga desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. Pregunta desde un extremo a otro del mundo: ¿Hubo jamás una cosa tan extraordinaria como ésta? ¿Se ha oído cosa semejante? (Deuteronomio 4, 32)
¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hastaele mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros! (Deuteronomio 32, 22)
Cuando llegó, Helí estaba sentado en su silla, a orilla del camino, tratando de divisar algo, pues estaba muy preocupado por lo que le pudiera haber pasado al Arca de Dios. Al saber en la ciudad la noticia que había traído este hombre, todo el mundo se puso a gritar. (1 Samuel 4, 13)
Tenía un hijo llamado Saúl, joven y de bella presencia, además de que sobrepasaba a todo el mundo en estatura. (1 Samuel 9, 2)
En cuanto entren a la ciudad, búsquenlo pronto antes que suba al santuario, pues hoy habrá allí un banquete sagrado y todo el mundo lo está esperando para que bendiga el sacrificio y luego puedan sentarse a la mesa los invitados. Vayan en seguida y al momento lo encontrarán.» (1 Samuel 9, 13)