Fundar 69 Resultados para: Apóstoles

  • Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; (Mateo 10, 2)

  • Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. (Marcos 6, 30)

  • Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: (Lucas 6, 13)

  • Al regresar, los Apóstoles contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Él los llevó consigo, y se retiró a solas con ellos hacia una ciudad llamada Betsaida. (Lucas 9, 10)

  • Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos. (Lucas 11, 49)

  • Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». (Lucas 17, 5)

  • Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo: (Lucas 22, 14)

  • Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles, (Lucas 24, 10)

  • hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido. (Hechos 1, 2)

  • Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. (Hechos 1, 9)

  • Los Apóstoles regresaron entonces del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitida recorrer en día sábado. (Hechos 1, 12)

  • Echaron suertes, y la elección cayó sobre Matías, que fue agregado a los once Apóstoles. (Hechos 1, 26)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina