Fundar 285 Resultados para: Ejércitos

  • Ustedes celebrarán la fiesta de los Ácimos, porque ese día hice salir de Egipto a los ejércitos de Israel. Observarán este día a lo largo de las generaciones como una institución perpetua. (Exodo 12, 17)

  • Y el día en que se cumplían esos cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos de Israel salieron de Egipto. (Exodo 12, 41)

  • Luego hizo este voto: "Señor de los ejércitos, si miras la miseria de tu servidora y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu servidora y le das un hijo varón, yo lo entregaré al Señor para toda su vida, y la navaja no pasará por su cabeza". (I Samuel 1, 11)

  • El pueblo envió unos hombres a Silo, y trajeron de allí el Arca de la Alianza del Señor de los ejércitos, que tiene su trono sobre los querubines. Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí, acompañaban el Arca. (I Samuel 4, 4)

  • Así habla el Señor de los ejércitos: Voy a pedir cuenta a Amalec de lo que hizo a Israel, al cortarle el camino cuando este subía de Egipto. (I Samuel 15, 2)

  • David replicó al filisteo: "Tú avanzas contra mí armado de espada, lanza y jabalina, pero yo voy hacia ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de las huestes de Israel, a quien tú has desafiado. (I Samuel 17, 45)

  • Así David se iba engrandeciendo cada vez más, y el Señor, el Dios de los ejércitos, estaba con él. (II Samuel 5, 10)

  • y con todo el pueblo que lo acompañaba se dirigió hacia Baalá de Judá, para subir de allí el Arca de Dios, la cual es llamada con el Nombre, el nombre del Señor de los ejércitos, que tiene su trono sobre los querubines. (II Samuel 6, 2)

  • Cuando David terminó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor de los ejércitos. (II Samuel 6, 18)

  • Y ahora, esto es lo que le dirás a mi servidor David: Así habla el Señor de los ejércitos: Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel. (II Samuel 7, 8)

  • Que tu Nombre sea engrandecido para siempre, y que se diga: ‘¡El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel!’. Y que la casa de David, tu servidor, esté bien afianzada delante de ti. (II Samuel 7, 26)

  • Porque tú mismo, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, te has revelado a tu servidor, diciendo: ‘Yo te edificaré una casa’. Por eso tu servidor se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. (II Samuel 7, 27)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina