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  • Si se declara un fuego, y se incrementa con zarzales de modo que se abrasen las hacinas, la mies, o el campo, el autor del incendio deberá resarcir el daño. (Exodo 22, 5)

  • Si se ofrece la víctima en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, se comerá el mismo día en que ha sido ofrecida, y lo que sobre deberá comerse al día siguiente. (Levítico 7, 16)

  • El que coma carne de ese cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. Y el que levante ese cadáver habrá de lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 40)

  • Ningún ser humano consagrado como anatema podrá ser rescatado; deberá morir. (Levítico 27, 29)

  • Ese profeta o vidente en sueños deberá morir por haber predicado la rebelión contra Yahveh tu Dios - que te sacó del país de Egipto y te rescató de la casa de servidumbre - para apartarte del camino que Yahveh tu Dios te ha mandado seguir. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 13, 6)

  • Durante siete días no se verá junto a ti levadura, en todo tu territorio, y de la carne que hayas sacrificado la tarde del primer día no deberá quedar nada para la mañana siguiente. (Deuteronomio 16, 4)

  • No ha de tener muchas mujeres, cosa que podría descarriar su corazón. Tampoco deberá tener demasiada plata y oro. (Deuteronomio 17, 17)

  • Cuando suba al trono real, deberá escribir esta Ley para su uso, copiándola del libro de los sacerdotes levitas. (Deuteronomio 17, 18)

  • Si ella te responde con la paz y te abre sus puertas, todo el pueblo que se encuentre en ella te deberá tributo y te servirá. (Deuteronomio 20, 11)

  • Le dijo Manóaj: «Cuando tu palabra se cumpla ¿cuál deberá ser la norma del niño y su conducta?» (Jueces 13, 12)

  • El Angel de Yahveh repondió a Manóaj: «Deberá abstenerse él de todo lo que indiqué a esta mujer. (Jueces 13, 13)

  • No permitas que tu boca haga de ti un pecador, y luego digas ante el Mensajero que fue inadvertencia. ¿Por qué deberá Dios irritarse por tu palabra y destruir la obra de tus manos? (Eclesiastés 5, 5)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina