Fundar 953 Resultados para: David

  • David se levantó de madrugada, dejó las ovejas al cuidado de un pastor, tomó su carga y partió, como se lo había mandado Jesé. Llegó al campamento cuando el ejército salía para tomar posiciones, lanzando gritos de guerra. (I Samuel 17, 20)

  • David dejó su carga en manos de un guardián del bagaje, corrió hacia las filas y, cuando llegó, preguntó a sus hermanos cómo se encontraban. (I Samuel 17, 22)

  • Cuando estaba hablando con ellos, el campeón, llamado Goliat, de Gat, salió de las filas de los filisteos y repitió las mismas palabras. David las oyó. (I Samuel 17, 23)

  • David preguntó a los que estaban a su lado: "¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y quite esta ofensa de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso que desafía al ejército del Dios vivo?". (I Samuel 17, 26)

  • Eliab, su hermano mayor, oyó a David hablar con la gente, montó en cólera y le dijo: "¿Por qué has venido aquí? ¿A quién has dejado aquel pequeño rebaño en el desierto? Conozco bien tu orgullo y la malicia de tu corazón. Has venido sólo para ver la batalla". (I Samuel 17, 28)

  • David respondió: "¿Qué he hecho yo ahora? ¿Es que no puedo hablar?". (I Samuel 17, 29)

  • Oyeron las palabras de David y se las contaron a Saúl, que lo mandó llamar. (I Samuel 17, 31)

  • David dijo a Saúl: "No se desanime mi señor. Tu siervo irá a luchar contra este filisteo". (I Samuel 17, 32)

  • David le replicó: "Cuando tu siervo apacentaba las ovejas de su padre y venía un león o un oso y se llevaba una oveja del rebaño, (I Samuel 17, 34)

  • Y añadió: "El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de las manos de ese filisteo". Saúl dijo a David: "¡Vete, y que el Señor esté contigo!". (I Samuel 17, 37)

  • Saúl vistió a David con su armadura, puso sobre su cabeza un casco de bronce y le cubrió con una coraza. (I Samuel 17, 38)

  • Le ciñó la espada sobre su armadura y David intentó en vano andar, porque no estaba entrenado. Y dijo a Saúl: "No puedo andar con esto, porque no estoy entrenado". Y se lo quitó de encima. (I Samuel 17, 39)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina