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  • Si guardas sus mandamientos y sigues sus caminos, el Señor, tu Dios, te consagrará como pueblo suyo, según te lo ha jurado, (Deuteronomio 28, 9)

  • Si obedeces los mandamientos del Señor, tu Dios, que yo te prescribo hoy; si le amas, si sigues sus caminos, si guardas sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, vivirás y te multiplicarás y él te bendecirá en la tierra que vas a ocupar. (Deuteronomio 30, 16)

  • dijo: "Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón. (I Reyes 8, 23)

  • En cuanto a ti, si andas en mi presencia, como anduvo tu padre David, con pureza y rectitud de corazón; si cumples todo lo que yo te mande y si guardas mis leyes y mandamientos, (I Reyes 9, 4)

  • "Vete a ver al sumo sacerdote Jelcías y dile que reúna el dinero aportado al templo del Señor, que los guardas de la puerta han recogido del pueblo; (II Reyes 22, 4)

  • "Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti ni en el cielo ni en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón. (II Crónicas 6, 14)

  • En cuanto a ti, si andas en mi presencia como anduvo tu padre David, si cumples todo lo que te mande, si guardas mis leyes y mandamientos, (II Crónicas 7, 17)

  • Y exclamé: "¡Ah Señor, Dios del cielo, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y la fidelidad con los que te aman y observan tus mandamientos! (Nehemías 1, 5)

  • Y ahora, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco todas las desgracias que han caído sobre nosotros, sobre nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas, nuestros padres y todo tu pueblo, desde la época de los reyes de Asiria hasta el presente. (Nehemías 9, 32)

  • tú los guardas al amparo de tu rostro, lejos de las intrigas de los hombres; tú los cobijas en tu tienda lejos de las lenguas mordaces. (Salmos 31, 21)

  • Tú eres mi refugio, me guardas de la angustia, me rodeas con cantos de victoria. (Salmos 32, 7)

  • Hijo mío, si tú recibes mis palabras y guardas dentro de ti mis mandamientos, (Proverbios 2, 1)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina