Fundar 170 Resultados para: Juan

  • Pero Ismael, hijo de Netanías, logró escapar con ocho hombres, de Juan, hacia el país de los amonitas. (Jeremías 41, 15)

  • Entonces Juan, hijo de Carej, y todos los oficiales que estaban con él recogieron a todo el resto de la gente que Ismael, hijo de Netanías, se había llevado de Mispá, después de matar a Godolías, hijo de Ajicán: hombres, mujeres y niños, así como a los eunucos, traídos por ellos de Gabaón. (Jeremías 41, 16)

  • Entonces todos los oficiales, con Juan, hijo de Carej, y Azarías, hijo de Hosayas, y todo el resto del pueblo, grandes y pequeños, (Jeremías 42, 1)

  • Entonces él llamó a Juan, hijo de Carej, a todos los oficiales que lo acompañaban y al pueblo entero, desde el más chico al mayor, (Jeremías 42, 8)

  • Azarías, hijo de Maasías; Juan, hijo de Carej, y todos los hombres altivos y rebeldes dijeron a Jeremías: "Tú nos dices mentira. No ha sido el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decir: No vayáis a Egipto para vivir allí, (Jeremías 43, 2)

  • Pero Juan, hijo de Carej, todos los oficiales y todo el pueblo no obedecieron la orden del Señor de quedarse en el país de Judá. (Jeremías 43, 4)

  • Así pues, Juan, hijo de Carej, y todos los oficiales tomaron consigo a todos los supervivientes de Judá que habían vuelto de todas las naciones donde estaban dispersos a habitar en la tierra de Judá: (Jeremías 43, 5)

  • Por aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea (Mateo 3, 1)

  • Juan tenía un vestido de pelo de camello y un cinturón de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. (Mateo 3, 4)

  • Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara. (Mateo 3, 13)

  • Pero Juan quería impedirlo, diciendo: "Soy yo el que necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?". (Mateo 3, 14)

  • Entonces Juan accedió a ello. Una vez bautizado, Jesús salió del agua; y en esto los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y posarse sobre él. (Mateo 3, 16)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina