Fundar 69 Resultados para: Muralla

  • Los israelitas entraron en medio del mar sin mojarse, mientras las aguas formaban como una muralla a ambos lados. (Exodo 14, 22)

  • Pero los israelitas pasaron sin mojarse por medio del mar, formando para ellos las aguas como una muralla a ambos lados. (Exodo 14, 29)

  • Como Rajab vivía en una casa adosada a la muralla de la ciudad, con una soga les hizo bajar por la ventana. (Josué 2, 15)

  • todos los valientes se pusieron en marcha, caminaron toda la noche y quitaron el cadáver de Saúl y de sus hijos de la muralla de Betsán, los llevaron a Yabés y allí los quemaron. (I Samuel 31, 12)

  • Los de Joab llegaron y lo asediaron en Abel Bet Maacá. Levantaron un terraplén contra la ciudad, y todo el ejército que seguía a Joab hacía minas para hacer caer la muralla. (II Samuel 20, 15)

  • No es eso, sino que un hombre de la montaña de Efraín, llamado Sebá, hijo de Bicrí, ha levantado su mano contra el rey David. Entregádmelo a él solo, y yo me alejaré de la ciudad". La mujer le dijo: "Mira, te tiraremos su cabeza por encima de la muralla". (II Samuel 20, 21)

  • y fue a recoger los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán, que los tenían los de Yabés de Galaad. Éstos los habían retirado de la muralla de Betsán, donde los habían colgado los filisteos el día que derrotaron a Saúl en Gelboé. (II Samuel 21, 12)

  • La leva de prestación personal que el rey Salomón impuso para construir el templo del Señor, su palacio, el terraplén y la muralla de Jerusalén, Jasor, Meguido y Guézer, fue así: (I Reyes 9, 15)

  • Los supervivientes huyeron a la ciudad de Afec; pero la muralla se desplomó sobre los siete mil hombres que quedaban. También Ben Hadad huyó a la ciudad, escondiéndose de estancia en estancia. (I Reyes 20, 30)

  • Etonces tomó a su hijo primogénito, el que debía sucederle en el trono, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Sobrevino una gran indignación contra los israelitas, los cuales levantaron el campamento y volvieron a su tierra. (II Reyes 3, 27)

  • Pasaba el rey por la muralla, cuando una mujer le gritó: "Socórreme, ¡oh rey, mi señor!". (II Reyes 6, 26)

  • Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestiduras y, como pasaba sobre la muralla, la gente vio que llevaba interiormente el cilicio a raíz de la carne. (II Reyes 6, 30)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina