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Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo cojo. Tenía cinco años cuando llegó de Yezrael la noticia sobre Saúl y Jonatán. Su nodriza le tomó para huir con él, pero en la precipitación de la fuga cayó y quedó cojo. Se llamaba Meribaal. (II Samuel 4, 4)
Baaná, hijo de Ajilud, en Tanac, Meguido y hasta más allá de Yocmeán; en todo Betsán, que está por bajo de Yezrael, desde Betsán hasta Abel Mejolá, junto a Sartán. (I Reyes 4, 12)
Y en unos instantes el cielo se oscureció con nubes y viento, y cayó una lluvia abundante. Ajab montó en su carro y fue a Yezrael. (I Reyes 18, 45)
El Señor dio fuerzas a Elías, que se ciñó y fue corriendo delante de Ajab hasta Yezrael. (I Reyes 18, 46)
Nabot, el yezraelita, tenía una viña en Yezrael, junto al palacio de Ajab, rey de Samaría. (I Reyes 21, 1)
El Señor ha dicho también contra Jezabel: Los perros comerán a Jezabel en la propiedad de Yezrael. (I Reyes 21, 23)
que se vio obligado a retirarse a Yezrael para curarse de las heridas recibidas en Ramot cuando luchaba contra Jazael, rey de Siria. Ocozías, hijo de Jorán, rey de Judá, fue a visitar a Jorán, hijo de Ajab, en Yezrael, mientras convalecía. (II Reyes 8, 29)
A Jezabel la devorarán los perros en el campo de Yezrael, y no será sepultada". Y enseguida escapó. (II Reyes 9, 10)
pero tuvo que volver a Yezrael a curarse de las heridas que los sirios le habían producido cuando luchaba con Jazael, rey de Siria. Jehú dijo: "Si estáis de veras conmigo, que nadie escape de la ciudad y vaya a Yezrael a dar la noticia". (II Reyes 9, 15)
Y Jehú montó sobre su carro y se dirigió a Yezrael, donde estaba Jorán convaleciente. Ocozías, rey de Judá, había ido a visitarlo. (II Reyes 9, 16)
El centinela que estaba sobre la torre de Yezrael vio venir la tropa de Jehú y dijo: "Diviso una tropa". Jorán ordenó: "Toma un jinete y mándalo a su encuentro, y que pregunte si vienen en son de paz". (II Reyes 9, 17)
Jehú, entretanto, llegó a Yezrael. Cuando Jezabel lo supo, se pintó los ojos, se compuso la cabellera y se asomó a la ventana. (II Reyes 9, 30)