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  • Su ramaje era hermoso, abundante su fruto, había en él comida para todos; a su sombra se cobijaban las bestias de los campos, en sus ramas hacían nidos los pájaros del cielo y de él se alimentaba todo ser viviente. (Daniel 4, 9)

  • Serás expulsado de entre los hombres y tendrás tu morada con las bestias salvajes; hierba como los bueyes tendrás por comida y serás bañado por el rocío del cielo. Siete períodos pasarán así por ti, hasta que reconozcas que el altísimo tiene poder sobre el imperio de los hombres y se lo da a quien quiere. (Daniel 4, 22)

  • Pero el ángel del Señor dijo a Habacuc: "Lleva la comida que has preparado a Babilonia para Daniel, que está en el foso de los leones". (Daniel 14, 34)

  • Habacuc gritó: "Daniel, Daniel, toma la comida que el Señor te ha enviado". (Daniel 14, 37)

  • ¿No veis cómo falta la comida, la alegría y el júbilo de la casa de nuestro Dios? (Joel 1, 16)

  • Por eso ofrece sacrificios a su red e incienso a su copo: porque gracias a ellos su pesca es abundante, y suculenta su comida. (Habacuc 1, 16)

  • "¿Quién es el criado fiel y prudente, puesto por el amo al frente de su servidumbre, para que les dé la comida a su hora? (Mateo 24, 45)

  • Al caer el día se le acercaron los doce y le dijeron: "Despídelos para que vayan a las aldeas y caseríos del contorno a buscar alojamiento y comida, pues aquí estamos en descampado". (Lucas 9, 12)

  • El Señor contestó: "¿Quién es, entonces, el administrador fiel y prudente, para que dé a la servidumbre la comida a su hora? (Lucas 12, 42)

  • Dijo también al que le había invitado: "Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez y ya quedas pagado. (Lucas 14, 12)

  • Pero él les dijo: "Yo tengo una comida que vosotros no conocéis". (Juan 4, 32)

  • Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. (Juan 6, 55)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina