Fundar 92 Resultados para: familias

  • Sus hermanos, por familias patriarcales: Miguel, Mesulán, Seba, Yoray, Yacán, Zía y Eber: siete. (I Crónicas 5, 13)

  • Hijos de Tolá: Uzí, Refayas, Yeriel, Yajmay, Yibsán y Samuel, jefes de las familias patriarcales de Tolá. Estos sumaban en los días de David 22.600 hombres valerosos, agrupados por linajes. (I Crónicas 7, 2)

  • que mandaban 36.000 hombres de guerra, divididos por descendencias y familias patriarcales. Eran muchas las mujeres y los niños. (I Crónicas 7, 4)

  • Yeús, Saquías y Mirmá. Éstos son sus hijos, jefes de familias. (I Crónicas 8, 10)

  • Los cantores, jefes de familias levíticas, que vivían en las cámaras del templo, estaban exentos de toda otra función, pues día y noche estaban ocupados en su oficio. (I Crónicas 9, 33)

  • Éstos eran los cabezas de las familias levíticas por linajes. Vivían en Jerusalén. (I Crónicas 9, 34)

  • y les dijo: "Vosotros sois los jefes de las familias levíticas; purificaos, vosotros y vuestros hermanos, para trasladar el arca del Señor, el Dios de Israel, al lugar que yo le tengo preparado. (I Crónicas 15, 12)

  • Dad al Señor, familias de la tierra, dad al Señor la gloria y la alabanza, (I Crónicas 16, 28)

  • Éstos eran los descendientes de Leví por familias, y éstos los cabezas de familia registrados en el censo nominal uno por uno. Estaban dedicados al servicio de la casa del Señor desde los veinte años. (I Crónicas 23, 24)

  • Semayas, hijo de Natanael, un escriba levita, los registró en presencia del rey, de los jefes, del sacerdote Sadoc, de Ajimélec, hijo de Abiatar, y de los jefes de familias de sacerdotes y levitas: se sacaban alternativamente por suerte dos familias de los hijos de Eleazar y una familia de los hijos de Itamar. (I Crónicas 24, 6)

  • Hijos de Musí: Majlí, Eder y Yerimot. Éstos fueron los descendientes de Leví por familias. (I Crónicas 24, 30)

  • También éstos, lo mismo que los hijos de Aarón, fueron clasificados por suerte en presencia del rey David, de Sadoc, de Ajimélec y de los jefes de familias sacerdotales y levíticas, sin distinción de ninguna clase. (I Crónicas 24, 31)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina