Fundar 1077 Resultados para: hombres

  • ¡Nunca jamás! Pues es necesario reconocer que Dios es leal y los hombres desleales, como dice la Escritura: Tus palabras demostrarán que eres inocente y saldrás vencedor en el juicio. (Romanos 3, 4)

  • Por tanto, así como por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron... (Romanos 5, 12)

  • Pero Dios le contestó: Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla ante Baal. (Romanos 11, 4)

  • No devolváis a nadie mal por mal. Procurad hacer el bien ante todos los hombres. (Romanos 12, 17)

  • Pues el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios y es estimado de los hombres. (Romanos 14, 18)

  • Pues la locura de Dios es más sabia que los hombres; y la debilidad de Dios, más fuerte que los hombres. (I Corintios 1, 25)

  • Por tanto, que nadie presuma de los que son sólo hombres, pues todo es para vosotros: (I Corintios 3, 21)

  • Pues creo que Dios nos ha presentado a nosotros, los apóstoles, como lo último, como condenados a muerte, porque hemos llegado a ser el espectáculo del mundo, de los ángeles y de los hombres. (I Corintios 4, 9)

  • Pues yo quisiera que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene de Dios su propio don: unos de una manera, otros de otra. (I Corintios 7, 7)

  • A gran precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. (I Corintios 7, 23)

  • Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que toca o unos platillos que resuenan. (I Corintios 13, 1)

  • Porque el que habla en lenguas extrañas, no habla a los hombres, sino a Dios; de hecho, ninguno le entiende, pues movido por el Espíritu dice cosas misteriosas. (I Corintios 14, 2)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina