Fundar 41 Resultados para: paciencia

  • dotados de una fortaleza a toda prueba por el poder de su gloria para así soportar todo con alegría y con paciencia; (Colosenses 1, 11)

  • Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia de Cristo. (II Tesalonicenses 3, 5)

  • Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas, y practica la justicia, la religiosidad, la fe, el amor, la paciencia, la amabilidad. (I Timoteo 6, 11)

  • Ahora bien, el que sirve al Señor no debe andar en altercados, sino ser amable con todos, saber enseñar y soportar los sufrimientos con paciencia, (II Timoteo 2, 24)

  • Pero tú me has seguido de cerca en la doctrina, en mi conducta, en mis planes, en la fe, en la paciencia, en el amor, en la constancia, (II Timoteo 3, 10)

  • predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, corrige, exhorta con toda paciencia y con preparación doctrinal. (II Timoteo 4, 2)

  • Pero tú estate siempre alerta, soporta con paciencia los sufrimientos, predica el evangelio, cumple bien con tu trabajo. (II Timoteo 4, 5)

  • Que los ancianos sean sobrios, hombres ponderados, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia; (Tito 2, 2)

  • Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Ved cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias tempranas y las tardías. (Santiago 5, 7)

  • Hermanos, tomad como modelos de constancia y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. (Santiago 5, 10)

  • Mirad cómo tenemos por dichosos a los que fueron pacientes. Habéis oído la paciencia de Job y habéis visto el designio del Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso. (Santiago 5, 11)

  • los cuales se habían mostrado reacios a la fe en otro tiempo en los días de Noé cuando Dios esperaba con paciencia mientras se construía el arca en la cual unos pocos ocho personas se salvaron del agua; (I Pedro 3, 20)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina