Fundar 2537 Resultados para: rey

  • El Señor endureció el corazón del Faraón, rey de Egipto, que persiguió a los israelitas que habían partido con la frente alta. (Exodo 14, 8)

  • Israel vio el prodigio que el Señor había obrado contra los egipcios, temió al Señor y creyó en él y en Moisés, su siervo. (Exodo 14, 31)

  • Moisés envió mensajeros desde Cades: "Al rey de Edón. Esto dice tu hermano Israel: Tú conoces toda nuestra historia. (Números 20, 14)

  • El rey de Arad, cananeo, que habitaba en el Negueb, al enterarse de que Israel venía por el camino de Atarín, lo atacó e hizo algunos prisioneros. (Números 21, 1)

  • Israel envió mensajeros a decir a Sijón, rey de los amorreos: (Números 21, 21)

  • pues Jesbón era la residencia de Sijón, rey de los amorreos. Éste había hecho anteriormente la guerra al rey de Moab y le había arrebatado todo el territorio hasta el Arnón. (Números 21, 26)

  • ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Camós! Ha abandonado sus hijos a la fuga, y sus hijas a la esclavitud, a manos de Sijón, rey de los amorreos. (Números 21, 29)

  • Cambiaron de dirección, y subieron camino de Basán. Og, rey de Basán, les salió al encuentro con todo su pueblo y les presentó batalla en Edreí. (Números 21, 33)

  • El Señor dijo a Moisés: "No le temas, pues lo he entregado en tus manos, a él, a su pueblo y su territorio. Trátale como trataste a Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón". (Números 21, 34)

  • Moab dijo a los ancianos de Madián: "Esta muchedumbre va a devorar ahora nuestros contornos como devora un buey la hierba del campo". Era entonces rey de Moab Balac, hijo de Sipor, (Números 22, 4)

  • Balaán respondió a Dios: "Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, los ha enviado a decirme: (Números 22, 10)

  • Balaán pronunció esta profecía: "Balac me hace venir de Asiria, el rey de Moab, de los montes del este: Ven, maldíceme a Jacob, ven, amenaza a Israel. (Números 23, 7)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina