Fundar 782 Resultados para: templo

  • Cuando alguno peque contra su prójimo y le obliguen a jurar ante tu altar en este templo, (I Reyes 8, 31)

  • Cuando tu pueblo, Israel, sea derrotado por el enemigo por haber pecado contra ti, si se convierte, te confiesa su pecado, te suplica y te ruega en este templo, (I Reyes 8, 33)

  • toda oración, toda súplica que te dirija cualquier persona o todo tu pueblo Israel, reconociendo cada uno la plaga de su propio corazón y extendiendo sus manos hacia este templo, (I Reyes 8, 38)

  • porque se tendrá noticia de tu nombre grandioso, de la fuerza de tu mano y del poder de tu brazo; si viene a orar en este templo, (I Reyes 8, 42)

  • escúchale tú en el cielo, lugar de tu morada, y haz todo lo que ese extranjero te haya pedido, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman, como tu pueblo Israel, y reconozcan que tu nombre es invocado en este templo que he construido. (I Reyes 8, 43)

  • Cuando tu pueblo salga a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú les hayas señalado, si rezan al Señor vueltos hacia la ciudad que tú has elegido y hacia el templo que yo he construido a tu nombre, (I Reyes 8, 44)

  • si se convierten a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautividad, a la que han sido deportados; si rezan vueltos hacia la tierra que diste a sus padres, hacia la ciudad que tú has elegido y hacia el templo que yo he construido a tu nombre, (I Reyes 8, 48)

  • Salomón inmoló, como sacrificio de reconciliación ofrecido al Señor, veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas. De esta manera, el rey y todos los israelitas celebraron la dedicación del templo del Señor. (I Reyes 8, 63)

  • En aquel día el rey consagró el centro del atrio que estaba delante del templo del Señor, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas y las grasas de los sacrificios de reconciliación, porque el altar de bronce que estaba delante del Señor era pequeño para tantos holocaustos, ofrendas y grasas de los sacrificios de reconciliación. (I Reyes 8, 64)

  • Cuando acabó Salomón de construir el templo del Señor, el palacio real y todo cuanto se había propuesto hacer, (I Reyes 9, 1)

  • y le dijo: "He escuchado la oración y súplica que me has hecho; he santificado este templo que has construido para que resida en él mi nombre por siempre y para que en él estén siempre fijos mis ojos y mi corazón. (I Reyes 9, 3)

  • exterminaré a Israel de la tierra que les he dado y retiraré de mi presencia el templo que he consagrado a mi nombre, e Israel será irrisión y burla de todos los pueblos. (I Reyes 9, 7)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina