1. Del maestro de coro. Con la cítara de Gat. Salmo de David.

2. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra! Tú, que afirmaste tu majestad sobre el cielo,

3. con la alabanza de los niños y de los más pequeños, erigiste una fortaleza contra tus adversarios para reprimir al enemigo y al rebelde.

4. Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y la estrellas que has creado:

5. ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?

6. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor;

7. le diste dominio sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies:

8. todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes;

9. las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas.

10. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!





“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina