1. ¡Llama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿a cuál de los santos vas a dirigirte?

2. En verdad el enojo mata al insensato, la pasión hace morir al necio.

3. Yo mismo he visto al insensato echar raíces, y sin tardar he maldecido su morada:

4. ¡Estén sus hijos lejos de toda salvación, sin defensor hollados en la Puerta!

5. Su cosecha la devora un hambriento, pues Dios se la quita de los dientes, y los sedientos absorben su fortuna.

6. No, no brota la iniquidad el polvo, ni germina del suelo la aflicción.

7. Es el hombre quien la aflicción engendra, como levantan el vuelo los hijos del relámpago.

8. Yo por mí a Dios recurriría, expondría a Dios mi causa.

9. El es autor de obras grandiosas e insondables, de maravillas sin número.

10. El derrama la lluvia sobre la haz de la tierra, y envía las aguas a los campos.

11. Para poner en alto a los postrados, y que los míseros a la salud se eleven,

12. las tramas de los astutos desbarata, y sus manos no logran sus intrigas.

13. Prende a los sabios en su astucia, el consejo de los sagaces se hace ciego.

14. En pleno día tropiezan con tinieblas, a mediodía van a tientas cual si fuese de noche.

15. El salva al arruinado de sus fauces y al indigente de las manos del violento.

16. Así el débil renace a la esperanza, y cierra su boca la injusticia.

17. ¡Oh sí, feliz el hombre a quien corrige Dios! ¡No desprecies, pues, la lección de Sadday!

18. Pues él es el que hiere y el que venda la herida, el que llaga y luego cura con su mano;

19. seis veces ha de librarte de la angustia, y a la séptima el mal no te alcanzará.

20. Durante el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra, del alcance de la espada.

21. Estarás a cubierto del punzón de la lengua, sin miedo a la devastación, cuando se acerque.

22. Te reirás de la sequía y de la helada, y no temerás a las bestias de la tierra.

23. Pues con las piedras del campo harás alianza, la bestia salvaje vivirá en paz contigo.

24. Sabrás que tu tienda está a cubierto, nada echarás en falta cuando revises tu morada.

25. Sabrás que tu descendencia es numerosa, tus vástagos, como la hierba de la tierra.

26. Llegarás a la tumba vigoroso, como se hacinan las gavillas a su tiempo.

27. Todo esto es lo que hemos observado: y así es. A ti te toca escuchar y aprovecharte.





“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina