8. Oyeron después los pasos del Señor Dios, que se paseaba por el jardín a la brisa de la tarde, y el hombre y su mujer se escondieron de su vista entre los árboles del jardín.





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina