Génesis, 33

13. Jacob le respondió: "Mi señor sabe que los niños son de tierna edad y que yo tengo que ocuparme de las ovejas y las vacas paridas; si las fuerzo a caminar, en un solo día morirá todo el rebaño.

Versos relacionados con Génesis, 33:

Génesis 33 describe la reunión entre Esaú y Jacob después de años de separación. Jacob, temiendo la venganza de Esaú, envía regalos para apaciguar a su hermano. El capítulo termina con Esaú que ofrece viajar con Jacob, pero Jacob se niega, alegando que los niños y los rebaños son débiles y necesitan descansar. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas abordados en Génesis 33:

Deuteronomio 23:7 - "No aborrecerás a la edomía, porque es tu hermano, no el egipcio, porque el extranjero ha ido en su tierra". Este versículo destaca la importancia de la reconciliación entre los hermanos, incluso si tuvieron conflictos en el pasado. Jacob y Esaú son hermanos que se reconcilian después de años de animosidad.

Proverbios 16:7 - "Cuando las formas del hombre le agradas al Señor, a sus enemigos hacen las paces con él". Este versículo destaca la importancia de actuar con justicia e integridad, lo que incluso puede llevar a los enemigos a hacer las paces. Jacob actuó con integridad y envió a Esaú para apaciguarlo.

Isaías 32:17 - "Y el efecto de la justicia será la paz y la operación de la justicia, el descanso y la seguridad para siempre". Este versículo destaca la conexión entre la justicia y la paz. Jacob y Esaú encontraron la paz después de años de conflicto, gracias a la justicia e integridad de Jacob.

Mateo 5:9 - "Bienaventurados son los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios". Este versículo destaca la importancia de la paz y la reconciliación en la vida cristiana. Jacob y Esaú se reconciliaron después de años de conflicto y, por lo tanto, pueden considerarse pacificadores.

Hebreos 12:14 - "Seguí la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor". Este versículo destaca la importancia de la paz y la santificación en la vida cristiana. Jacob y Esaú se reconciliaron después de años de conflicto y, por lo tanto, siguieron el camino de la paz y la santificación.