26. Entonces la madre del niño vivo, sintiendo conmoverse sus entrañas por su hijo, dijo: "¡Por favor, señor mío! Dale a ella el niño vivo, pero matarle... ¡no, que no le maten!". La otra, en cambio, decía: "Que no sea ni para mí ni para ti; que lo partan".





“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina