1. Dicen entre sí, calculando falsamente: "Corta y triste es nuestra vida; para el fin del hombre no hay remedio, y no se conoce persona que se salve del abismo.

2. Porque somos hijos del azar, y tras esto seremos como si no hubiésemos sido. Porque humo es la respiración de nuestras narices, y el pensamiento una centella del latido de nuestro corazón.

3. Una vez extinguido, el cuerpo se torna ceniza, y el espíritu se desvanece como aire sutil.

4. Nuestro nombre con el tiempo caerá en el olvido; nadie se acordará de nuestras obras. Como huella de nube pasará nuestra vida; se disipará como niebla perseguida por los rayos del sol, y por su calor abatida.

5. Pues nuestra vida es el paso de una sombra, nuestro fin es sin retorno; porque se pone el sello y nadie vuelve.

6. Gocemos, pues, de los bienes existentes, usemos de la creación como en la juventud, apresuradamente.

7. Llenémonos de vinos exquisitos y perfumes, y no dejemos pasar ni una flor de la primavera.

8. Coronémonos de capullos de rosas antes que se marchiten.

9. Que no faltemos ninguno a nuestra orgía; por todas partes dejemos señales de nuestro regocijo, pues ésta es nuestra herencia y nuestra suerte.

10. Oprimamos al justo pobre, no perdonemos a la viuda ni respetemos las añosas canas del anciano.

11. Sea nuestra fuerza la norma de la justicia, porque lo débil está visto que es inútil.

12. Acechemos al justo, pues nos fastidia; se opone a nuestras obras, nos echa en cara las infracciones de la ley y nos acusa de traicionar nuestra educación.

13. Presume de tener el conocimiento de Dios y se tiene por hijo del Señor.

14. Es un reproche para nuestros pensamientos, aun el verlo nos resulta molesto.

15. Porque su vida no se parece en nada a la de los otros, y son muy distintos sus caminos.

16. Somos para él como escoria, se aparta de nuestros caminos como si apestasen. Proclama feliz la suerte de los justos, y se gloría de tener a Dios por padre.

17. Veamos la verdad de sus palabras y probemos cuál será su fin.

18. Porque si el justo realmente es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus adversarios.

19. Probémoslo con ultrajes y tormentos, veamos su dulzura y pongamos a prueba su paciencia.

20. Condenémoslo a una muerte infame, pues, según dice, habrá quien vele por él".

21. Así razonan, pero se engañan. Los ciega su maldad.

22. No conocen los secretos de Dios, no esperan la recompensa de la santidad, ni creen en el premio de las almas intachables.

23. Porque Dios creó al hombre para la incorrupción y lo hizo a imagen de su propio ser.

24. Mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen.





“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina