1. Salmo de David cuando huía de su hijo Absalón

2. Señor, cuán numerosos son mis opresores, cuántos los que se alzan contra mí,

3. cuántos los que dicen de mi vida: "Ya ni Dios lo salva".

4. Mas tú, Señor, eres mi escudo, tú eres mi gloria, tú alzas mi cabeza.

5. Mi clamor levanto hacia el Señor, y él me atiende desde su santo monte.

6. Yo me acuesto, me duermo y me despierto: el Señor es mi apoyo.

7. No temo a los hombres sin cuento que por doquier se apostan contra mí.

8. Levántate, Señor; sálvame, Dios mío. Tú das de bofetadas a todos mis enemigos y rompes los dientes a los malhechores.

9. En ti, Señor, está la salvación: caiga tu bendición sobre tu pueblo.





“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina