55. Alcimo empezó la demolición, pero entonces tuvo un ataque y los trabajos quedaron suspendidos. Alcimo había perdido el uso de la palabra y ya no pudo decir nada, ni siquiera para dar órdenes acerca de su casa.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina