21. animaba a cada uno de ellos en el idioma de sus padres. Estimulando con ardor varonil sus reflexiones de mujer, les decía:





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina