Löydetty 26 Tulokset: Adonías

  • el cuarto, Adonías, hijo de Jaguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital; (2 Samuel 3, 4)

  • Adonías, hijo de Jaguit, ambicionaba suceder a su padre. Por esto se había conseguido un carro tirado por caballos, y andaba rodeado de cincuenta hombres. (1 Reyes 1, 5)

  • En cambio, el sacerdote Sadoc, Banaías, hijo de Yoyada, el profeta Natán, Semeí, Reí y los valientes de la guardia de David no estaban con Adonías. (1 Reyes 1, 8)

  • Cierto día, Adonías hizo un sacrificio de corderos, bueyes y terneros gordos, cerca de la piedra de Zojelat, que está junto a la fuente Roguel. Invitó a todos los hijos del rey, sus hermanos, y a todos los funcionarios reales nacidos en Judá; (1 Reyes 1, 9)

  • En vista de todo esto, Natán fue a decirle a Betsabé, madre de Salomón: «¿No sabes que tenemos un nuevo rey, Adonías, hijo de Jaguit? Y el rey no tiene ni idea de esto. (1 Reyes 1, 11)

  • Anda a ver al rey David y dile: Oiga, mi señor, ¿no le prometió usted a esta sirvienta suya que mi hijo Salomón iba a sucederle en el trono? ¿Cómo es, entonces, que Adonías dice que él es el rey? (1 Reyes 1, 13)

  • Pues bien, sin que tú lo sepas, Adonías se ha proclamado rey. (1 Reyes 1, 18)

  • En seguida le dijo: «¿Así que tú, mi señor, has decretado que Adonías será tu sucesor en el trono de Israel? (1 Reyes 1, 24)

  • Además invitó a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar. Y ahora mismo están todos ellos comiendo y brindando por el rey Adonías. (1 Reyes 1, 26)

  • Adonías y sus invitados ya habían terminado de almorzar, cuando sintieron el barullo. Al oír Joab el sonido de la trompeta, preguntó: «¿Qué pasará en la ciudad, que se oye tanta bulla?» (1 Reyes 1, 41)

  • No había terminado de hacer esta pregunta, cuando se presentó Jonatán, hijo de Abiatar. Al verlo, Adonías le dijo: «¡A ver!, tú que eres un hombre honrado nos traerás seguramente buenas noticias.» (1 Reyes 1, 42)

  • Al oír esto, todos los invitados de Adonías se pusieron a temblar de miedo y, levantándose, se fueron cada uno por su lado. (1 Reyes 1, 49)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina