Löydetty 92 Tulokset: Egipcios

  • Los egipcios al verte dirán: "Es su mujer", y me matarán para llevarte. (Génesis 12, 12)

  • Efectivamente, cuando Abram entró en Egipto, los egipcios notaron que la mujer era muy hermosa. (Génesis 12, 14)

  • Cuando en Egipto se sintió el hambre, el pueblo pidió pan a gritos, y Faraón decía a todos los egipcios: «Vayan a José y hagan lo que él les diga.» (Génesis 41, 55)

  • Había escasez por todo el pais, pero José abrió los almacenes y vendió trigo a los egipcios. Una gran hambruna asolaba todo el mundo. (Génesis 41, 56)

  • Se la sirvieron por separado: a él aparte, también aparte a ellos, y a los egipcios que comían con él también les sirvieron aparte. Es que los egipcios no pueden comer con los hebreos: de hacerlo, Egipto se tendría por deshonrado. (Génesis 43, 32)

  • pero rompió a llorar tan fuerte que lo oyeron los egipcios y los servidores de Faraón. (Génesis 45, 2)

  • El les dijo: «Acérquense», y se acercaron. «Yo soy José, su hermano, el que ustedes vendieron a los egipcios. (Génesis 45, 4)

  • ustedes contestarán: «Tus servidores hemos sido pastores desde nuestra niñez hasta el día de hoy, como lo fueron también nuestros padres.» Así se podrán quedar ustedes en esta tierra de Gosén, ya que los egipcios aborrecen a todos los pastores de ovejas.» (Génesis 46, 34)

  • Cuando s acabó la plata de Egipto y de Canaán, todos los egipcios comenzaron a llegar donde José para decirle: «Danos pan, ¿acaso nos vas a dejar morir porque se nos terminó el dinero?» (Génesis 47, 15)

  • De este modo José adquirió para Faraón toda la tierra de Egipto, pues los egipcios tuvieron que vender sus campos, ya que el hambre los apretaba, y la tierra pasó a ser toda de Faraón. (Génesis 47, 20)

  • Emplearon en ello cuarenta días, ya que éste es el tiempo necesario para el embalsamamiento. Los egipcios lo lloraron durante setenta días. (Génesis 50, 3)

  • Los cananeos que vivían allí, al ver los funerales que se hacían en Gorén-Atad, se dijeron: «Estos son unos funerales muy solemnes de los egipcios.» Por eso aquel lugar se llamó Abel-Misraim (o sea, duelo de los egipcios) y está al otro lado del Jordán. (Génesis 50, 11)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina