Löydetty 16 Tulokset: Natanael

  • El segundo día, Natanael, hijo de Suar, de la tribu de Isacar, hizo su ofrenda. (Números 7, 18)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Natanael, hijo de Suar. (Números 7, 23)

  • Al frente de la tropa de Judá iba Najasón, hijo de Aminadab; al frente de la tribu de los hijos de Isacar (en formación) Natanael, hijo de Suar; (Números 10, 15)

  • Semaías, hijo de Natanael, escriba, uno de los levitas, los inscribió en presencia del rey y de los jefes, y en presencia del sacerdote Sadoc, de Ajimelec, hijo de Abiatar, y de los jefes de familias sacerdotales y levíticas. Se sacaba a suertes: una vez para Itamar y dos veces para Eleazar. (1 Crónicas 24, 6)

  • Hijos de Obededom: Semaías, el primogénito; Jehozabad, el segundo; Yoaj, el tercero; Sacar, el cuarto; Natanael, el quinto; (1 Crónicas 26, 4)

  • El año tercero de su reinado envió a sus oficiales Ben-Jail, Abdías, Zacarías, Natanael y Miqueas para que enseñasen en las ciudades de Judá, (2 Crónicas 17, 7)

  • Kononías, Semaías y Natanael, su hermano, y Jasabías, Jeiel y Josabad, jefes de los levitas, reservaron para los levitas cinco mil corderos pascuales y quinientos bueyes. (2 Crónicas 35, 9)

  • Entre los de Pasjur: Elionary, Maaseías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasa. (Esdras 10, 22)

  • de la de Jilquías: Jasabías; de la de Jedaías: Natanael. (Nehemías 12, 21)

  • Semaías, Azarel, Guilalay, Maay, Natanael, Judá, Jananí, con los instrumentos musicales de David, hombre de Dios. Y Esdras, el maestro de la Ley, iba al frente de ellos. (Nehemías 12, 36)

  • Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.» (Evangelio según San Juan 1, 45)

  • Natanael le replicó: «¿Puede salir algo bueno de Nazaret?» Felipe le contestó: «Ven y verás. » (Evangelio según San Juan 1, 46)


“Uma Missa bem assistida em vida será mais útil à sua salvação do que tantas outras que mandarem celebrar por você após sua morte!” São Padre Pio de Pietrelcina