Löydetty 18 Tulokset: Pectoral

  • piedras de ónice y piedras de engaste para adornar el Efod y el Pectoral. (Exodo 25, 7)

  • Estas son las vestiduras que han de hacerse: el Pectoral, el Efod, el manto, la túnica de malla, la tiara y el cinturón. Estas serán las vestiduras sagradas que harán a tu hermano Aarón y a sus hijos para que ejerzan delante de mí las funciones del sacerdocio. (Exodo 28, 4)

  • Un artista realizará el Pectoral de las Sentencias bajo tu dirección. Lo harás como el Efod de hilos de oro, de jacinto o azul celeste, de púrpura y de grana dos veces teñida, y de lino fino retorcido. (Exodo 28, 15)

  • Harás para el pectoral dos cadenitas de oro puro, trenzadas a manera de un cordón (Exodo 28, 22)

  • Harás también dos anillos de oro, que pondrás en las puntas del Pectoral, a las orillas, frente del Efod, por la parte de dentro. (Exodo 28, 26)

  • Un cordón de jacinto unirá los anillos del Pectoral y los del Efod, de manera que el Pectoral se quede por encima del cinturón del Efod y no se pueda separar de él. (Exodo 28, 28)

  • Y así Aarón, siempre que entre en el Santuario, llevará sobre su pecho, en el Pectoral del Juicio, los nombres de los doce hijos de Israel, para recordarlos siempre en presencia de Yavé. (Exodo 28, 29)

  • En el mismo Pectoral de las Sentencias pondrás el Urim y el Tumin para que estén sobre el corazón de Aarón cuando se presente delante de Yavé, y sobre su corazón llevará el Pectoral de las Sentencias de los hijos de Israel en la presencia de Yavé. (Exodo 28, 30)

  • Luego revestirás a Aarón de sus ornamentos, esto es, de la túnica de lino, el manto del Efod, el Efod, y el Pectoral, que ceñirás con el cinturón del Efod. (Exodo 29, 5)

  • piedras de ónice y piedras de engaste para el Efod y el Pectoral. (Exodo 35, 9)

  • Los jefes trajeron piedras ágatas y engaste para el Efod y el Pectoral, (Exodo 35, 27)

  • Bordaron también el Pectoral, del mismo estilo que el Efod, de oro, púrpura violeta y escarlata, carmesí y lino fino retorcido. (Exodo 39, 8)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina